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lunes, 9 de febrero de 2015

El mester de clerecía y el mester de juglaría


Clérigos y juglares


Gonzalo de Berceo
Gonzalo de Berceo (1198? - 1264?), máximo representante del mester de clerecía.

Durante la época de la Edad Media, de los siglos XII al XIV, sobre todo, había tres  mesteres: el de clerecía, el de juglaría, y el menos conocido, el mester de cortesía. Este último era un tipo de literatura que se enseñaba en la corte para formar nobles, políticos y cortesanos y siempre utilizó la prosa. Muchos escritos de Don Juan Manuel (1282-1348), autor de El conde Lucanor, responden a este mester. El mester de clerecía (siglos XIII y XIV) eran clérigos (no necesariamente monjes) y eran personas muy cultas que sabían latín y que decidieron escribir en castellano con  la intención de transmitir sus conocimientos a la gente llana de la época. Los juglares, sin embargo, transmitían sus conocimientos de forma oral, con actuaciones y música en plazas y calles de los pueblos, y ya en el siglo XII se  nombra al mester de juglaría. 


  • Siglo XII (El mester de juglaría. Los Cantares de Gesta. El Poema de Mio Cid. Las Cantigas)
Juglares de la Edad Media
Los juglares eran del oficio del
mester de juglaría. Ellos narraban
de forma oral las grandes gestas
de los  héroes medievales.
En el siglo XII prolifera el oficio de mester de juglaría que a través de los juglares difundían la cultura épica o lírica de una forma oral. Se menciona por primera vez a los juglares hacia el año 1116, época en que aparecen los juglares de León. Recitaban, cantaban y tocaban instrumentos musicales o no recorriendo las tierras españolas y ofreciendo su arte a gentes de los pueblos, en principio a gente inculta, y más tarde a  nobles y reyes para su divertimento. Lo hacían en un lenguaje sencillo y popular. Nacen las cantigas, poemas de la cultura popular gallego-portuguesa a la cual se le añadía música para ser cantadas. La más antigua que se conserva es la Cantiga de Ribeiriña, de 1189. Este fue un siglo de transición entre el final de la Alta Edad Media y comienzo de la Baja Edad Media.

En sus espectáculos recitados o cantados (donde también solían haber malabaristas y acróbatas) ensalzaban la figura del héroe relatando sus grandes hazañas. Estas se basaban, sobre todo, en las luchas, guerras y batallas de los héroes castellanos contra los musulmanes. Dichas batallas fueron recogidas en los Cantares de Gesta y que los juglares se encargaron de difundir oralmente. Los Cantares de Gesta son obras anónimas escritas en una métrica regular, con versos de 14, 16 o 17 sílabas, que se dividían en dos hemistiquios con series monorrimas.El único cantar casi completo que ha llegado hasta nosotros es el El Poema de Mio Cid al cual le faltan la primera hoja y dos más del interior. En él se narran las hazañas y gestas de don Rodrigo Díaz de VivarEl Cid Campeador. Otros están incompletos como el Cantar de Roncesvalles o el Poema de los Infantes de Lara. Hay otros perdidos como el Poema de Bernardo del Carpio, El Cantar de Sancho II, El Poema de Fernán González La leyenda de don Rodrigo. Posteriormente los cantares de gesta se fueron fraccionando en pequeños poemas llamados Romances.


  • Siglo XIII (El mester de clerecía. Gonzalo de Berceo. Alfonso X el Sabio y la prosa medieval castellana)

Las personas que pertenecían a éste mester eran cultas, con la máxima educación de la época, que sabían latín y a los que se les denominaba clérigos, aunque no necesariamente fuesen monjes. Utilizaban para su literatura exclusivamente la composición poética llamada cuaderna vía, una estrofa compuesta por cuatro versos alejandrinos (14 sílabas) con la misma rima consonante (monorrimos) en dichos versos.

La finalidad del conjunto de obras y autores del mester de clerecía fue instruir y dejar sus conocimientos de forma escrita para las gentes. Respetaban mucho los libros y se decidieron a escribir en la nueva lengua vulgar (el castellano) ya que hasta entonces se hacía exclusivamente en latín. Sus obras son casi siempre religiosas, inspiradas en Grecia y Roma, con un lenguaje muy cuidado y culto. Lo hacen en verso y en el formato de cuaderna vía. Sus poetas o autores más representativos son Gonzalo de Berceo y el Arcipreste de Hita.

Mester de Clerecía
Los clérigos del mester de clerecía
transmitían sus conocimientos a
través de obras escritas y no de
forma oral como hacían los juglares
del mester de juglaría.
Con la llegada del siglo XIII llega también la prosa castellana de manos de Alfonso X el Sabio, rey de Castilla de 1252 hasta su muerte en 1284, y máximo exponente cultural y literario de este siglo. Alfonso X el Sabio nació en Toledo en 1221. Su vida estuvo llena de guerras, aspiraciones fracasadas al trono de Alemania y rebeliones al poder de su hijo Sancho IV pero también estuvo llena de cultura y literatura. Consiguió con su amplia reforma del castellano introducirlo como principal medio cultural hablado y escrito consiguiendo que el latín perdiera toda su fuerza. Alfonso X supo rodearse de un buen equipo de sabios de todas partes del mundo conocido donde le tradujeron muchos libros científicos y obras de la literatura universal.

Escribió libros de historia como la Generale Grande Estoria. Confeccionó obras jurídicas como Las Partidas que era un tratado de derecho romano que, finalmente, sustituyó al derecho germánico que imperaba entonces. Fue el autor de las famosas Cantigas de Santa María. Las Cantigas proceden de finales del siglo XII y pertenecían a la poesía popular gallega y portuguesa a la que se les añadía música para poder ser cantadas por juglares y trovadores. A pesar de que Alfonso X era castellano las compuso en gallego-portugués, lengua origen de estas bellas composiciones. También escribió obras científicas como Libros de el saber de Astronomía) o de entretenimiento como Libros de ajedrez, dados y tablas escrito en 1283, un año antes de su muerte.

Manuscrito de Milagros de Nuestra Señora de Gonzalo de Berceo
Manuscrito de Milagros
de Nuestra Señora
de
Gonzalo de Berceo.
También en este siglo surge con fuerza el oficio del mester de clerecía donde los clérigos, siguiendo la forma de los juglares, se encargaban de transmitir de forma escrita sus códices monacales que hasta entonces estaban escritos en latín y dirigidos al pueblo que era todavía inculto e iletrado. Había pues dos oficios literarios en la edad media: el mester de  juglaría y el mester de clerecía. Los dos se encargaban de transmitir la poesía épica y la poesía lírica. Los primeros de forma oral; los segundos de forma escrita. Pero los clérigos usaron a los juglares para la mayor y más completa difusión de sus obras. Sus temas eran religiosos y relatos de origen clásico.

 El autor más conocido y principal representante del mester de clerecía fue Gonzalo de Berceo (1197?-1264?). Su obra más conocida es Milagros de Nuestra Señora, escrita hacia el 1260, pocos años antes de su muerte. Se trata de una compilación de exemplos que relatan veinticinco milagros de la Virgen María. Están escritos en un dialecto riojano que era mezcla de castellano y vascuence.

Dentro de los religiosos cabe destacar en este siglo al fraile franciscano y misionero mallorquín Ramón Llull (1232-1315), apodado Doctor Iluminado (Doctor Illuminatus)que fue filósofo, místico, poeta y teólogo. Fue uno de los primeros en usar una lengua neolatina  para expresar sus conocimientos. Se le considera el creador del catalán literario ya que muchas de sus 280 obras reconocidas están escritas o en catalán o en árabe. Dentro de ellas cabe destacar, Blanquerna, Libro del gentil y los tres sabios, Vida coetánea (una autobiografía tomada al dictado por sus discípulos), Libro del ascenso y descenso del entendimiento, El libro del fin o El Árbol de la Ciencia, una verdadera enciclopedia en varios volúmenes.


  • Siglo XIV (El Libro de Buen Amor. El Conde Lucanor)
El Arcipreste de Hita
El Arcipreste de Hita.
Su nombre era Pero
Juan Rois, (Juan Ruiz).
Nació hacia 1283 y
murió en 1350.
Juan Ruiz, el Arcipreste de Hita, y el infante don Juan Manuel son los dos grandes autores de este siglo. El primero escribió El Libro de Buen Amorel segundo El Conde Lucanor. Son las dos obras más representativas de todo el siglo XIV. Otro autor importante del XIV fue Pedro López de Ayala con su obra El Libro Rimado de Palacio escrito alrededor de 1380 y que se compone de unos 8.200 versos escritos en su mayoría en cuaderna vía. 


El Arcipreste de Hita

El Arcipreste de Hita nació hacia finales del siglo XIII, entre 1281 y 1285. Su año exacto no se sabe. La de su muerte sí; esta ocurrió en 1350 en Guadalajara. El lugar de nacimiento también es dudoso aunque lo más probable es que naciera en Alcalá de Henares, Madrid. Fue Arcipreste de Hita, Guadalajara, cargo por el que fue nombrado en 1310. El  Arzobispo de Toledo, Gil de Albornoz, le mandó encarcelar hacia el año 1339-1342 lo que afectó gravemente en su salud. Los motivos no son claros pero seguramente fue por sus devaneos amorosos agravados por el hecho de ser clérigo y pertenecer al mester de clerecía.

El Libro de Buen Amor

Manuscrito del Libro de buen Amor
Manuscrito del Libro de
Buen Amor
El Libro de Buen Amor consta de más de 7.000 versos repartidos en 1728 estrofas. En la obra está representada toda la sociedad española de entonces, tal y como dice Ramón Menéndez Pelayo  el cual fue el que propuso que se le pusiese a la obra Libro de Buen Amor tal y como ya había sugerido el  hispanista alemán Ferdinand J. Wolf en 1859. Hay que decir que el Arcipreste de Hita no puso título a su obra tal y como era costumbre de la época. La obra trata, relatada en primera persona, sobre la ficticia autobiografía del propio autor y sus fracasos amorosos aunque hay otro tipo de relatos satíricos y líricos.


En ella hay apólogos, loores a la Virgen, fábulas, pastorelas o serranas, cantigas de ciegos y de escolares, sermones y reflexiones sobre el poder del dinero, el amor de las mujeres, etc... La métrica  es irregular aunque es la cuardena vía la más utilizada, es decir, versos alejandrinos de catorce sílabas. También se le llama tetrástrofo monorrimo. Se conservan trés códices del Libro de Buen Amor: el manuscrito S o de Salamanca que se conserva en la biblioteca del Palacio Real, el manuscrito T o de Toledo que se conserva en la Biblioteca Nacional de Madrid y el manuscrito G o de Gayoso que se conserva actualmente en la Real Academia Española.


El infante don Juan Manuel

El infante don Juan Manuel
El infante don
Juan Manuel según
un retablo que se
conserva en la
catedral de Murcia.
El infante don Juan Manuel fue el autor de la obra El Conde Lucanor. Era nieto de Fernando III el Santo, sobrino de Alfonso X el Sabio, primo hermano de Sancho IV el Bravo y tio segundo de Fernando IV el Emplazado. Toda su vida estuvo marcada por sus luchas contra los musulmanes y huestes aragonesas y navarras y pactos y traiciones con reyes y nobles y con los propios árabes que combatía. Nació en Toledo en 1282 y falleció en Córdoba en 1348 siendo enterrado en el monasterio de Predicadores de Peñafiel en Valladolid. 

Se casó tres veces: la primera con la infanta de Mallorca, Doña Isabel, en 1299 que falleció dos años más tarde. La segunda lo hizo con la infanta Constanza, hija del rey Jaime II de Aragón, en 1313 con la que tuvo tres hijos. Ella murió en 1327. Su tercer matrimonio fue con Blanca de la Cerda, bisnieta de Alfonso X el Sabio, con la que tuvo dos hijos: Fernando y Juana. El hijo de Fernando llegaría a ser rey de Castilla con el  nombre de Juan I. 

Toda su vida, desde su nacimiento estuvo marcada por las guerras y su ansia de poder que le hizo traicionar y luchar contra reyes y gente de la nobleza. Pero aún así u producción literaria fue considerable y fue en los últimos años de su vida donde más se dedicó de lleno.Fue uno de los hombres más ilustrados de su época teniendo a su tío, Alfonso X el Sabio como referencia, aunque usa más la prosa inventiva sin textos traducidos previamente. 

El Conde Lucanor

El Conde Lucanor o también llamado Libro de Patronio es la obra maestra, sin duda, del Infante don Juan Manuel, la que le coloca en la cumbre de la literatura castellana de la época. Comprende una colección extensa de apólogos o cuentos, de fondo moral, que el autor terminó en 1335, trece años antes que la famosa peste de Florencia inspirase a Boccaccio en su Decamerón, y que empezó a escribirlos en 1300. El conde de Lucanor propone, en cada uno de los apólogos, a su sabio consejero Patronio, un problema moral o social. El sabio Patronio lo resuelve siempre de un modo alegórico. La colección de cuentos es muy variada por la naturaleza de los mismos y por su procedencia.

Comprende desde fábulas esópicas y orientales hasta parábolas, alegorías o cuentos satíricos. El Infante don Juan Manuel se inspiró, entre otras, en Las Fábulas de Esopo; Historia Natural de Plinio; Las Fábulas de Fedro; el libro árabe Las cuarenta mañanas y las cuarenta noches; el Evangelio de San Lucas o la Crónica de Fernán González. Estos apólogos sirvieron, a su vez, de fuente de inspiración a escritores como Cervantes (El retablo de las maravillas), Shakespeare  (La fierecilla domada), Calderón de la Barca (La vida es sueño) y fabulistas como Gil Vicente o La Fontaine.





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