A escondidas del otoño
-Solo cuando despierto-
Solo sonríen tus ojos negros dormidos
y me hablan en aquel cálido mar.
Solo tú eres capaz de vivir para amar
bajo el abrazo de los viejos olivos.
Es al despertar que te siento como siento a la joven brisa
es al dejar de soñar que sueño como a mi boca perderte
y huelo tu imagen empañada en el vaho de tu sonrisa
para que en la hora siguiente riña al sol por no tenerte.
No esperes a que te hablen las gotas,
esas que llevan tu sudor a mi sudor,
esas que hacen brillar a aquellas notas
que un día se mezclaron por el amor.
Dile a la noche que se bañe tarde en tus lágrimas saladas
que no espere a que las estrellas mueran al nacer el día.
Dile que sus sombras a tu sombra engalane, y sus hadas,
a tus manos acaricie como el mar a sus olas su piel sentía.
Solo entre la violeta brisa que muere
consigo sentir tus palabras anaranjadas
Solo cuando tu rojo respirar espere
tus almas vivas ya no estarán atrapadas.
Es al cerrar los ojos que oigo tu voz que a mi voz le calla
y le pide que cante al silencio y recite a los poetas negros
Es al ver los senderos que nacen bajo los blancos cedros
que te siento, te sueño, te huelo y a mi alma tu sabor engaña.
No te bañes más en la fresca laguna
ni te mojes el corazón con su reflejo.
Solo sé mi aire y mírame en el espejo
para que te bese a la luz de la luna.
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