Dos poemas; dos canciones
Poema primero; canción segunda
-Ríos de olvido-
Ríos del mañana con el olvido del ayer
esperando esa mirada desconocida
que desde aquel frío y largo día
es contar las hojas a cada atardecer.
Contar cada hoja, cada gota reflejada
esperando esa mirada vacía
que desde el primer suspiro decía
¡No dejes que mi vida sea nada!
¡Qué te cante la arena roja con sus labios!
¡Qué sea ella la que cubra tu sonrisa desganada!
que yo mientras miro a la noche azulada
oliendo del río sus aguas amarillas,
esperando los susurros del sol y el viento,
como hacen en sus juegos las inocentes chiquillas.
Al morir esos reflejos entre mis dedos;
al sentir su helor después en mi cara...
escucho esas estrofas del que un día un sí dejara
grabado en el tiempo como una canción
triste de aquella calle de barrio
en la que grita herido el corazón.
Son los ríos de olvido de ese barrio alado
los que de ayer ya son un amargo recuerdo
los que tras esa ventana de rejas de seda
me dicen que toda la vida, por larga que fuera,
es corta si el último día tu voz oírla consiguiera
y darte el abrazo que aquel frío día juré al destino,
que juré que aunque fuera solo uno te daría.
¡Ojalá algún día... ojalá algún día pueda!
Poema segundo; canción primera
-Lágrimas del mañana-
Ahora eres tú el que sonríe
el que canta a las nubes
el que en sus ojos dulces
se reflejan al alba.
Ahora eres tú el que ama
el que corre desnudo
por la fría y blanca arena
sintiendo a la mañana.
La rabia queda lejana
las lágrimas son ahora nacaradas
La rabia se olvida
por los sueños que el alma guarda.
Ahora eres tú el que sonríe
el que corre desnudo
el que con sus ojos dulces
siente a la mañana.
Ahora eres tú el que ama
el que canta a las nubes
con la fría y blanca arena
en los pies esperando al alba.
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