Literatura de la Edad Media en Europa y España
(De los siglos V al XV)
Mapamundi de los Cresques o Atlas catalán de 1375. Es el mapa cartográfico catalán más importante de la Edad Media atribuido al judío mallorquín Crasques Abraham.
La adopción del cristianismo como religión oficial romana la llevó a cabo el emperador Constantino, pero la caída de Roma en el año 476 d. J. C. bajo el acoso de los bárbaros ocurrió antes de que pudiera establecerse ninguna tradición literaria cristiana. Pero el cristianismo, por otra parte, se difundió por toda Europa con gran rapidez. Las tribus germánicas también sucumbieron a la influencia cristiana al igual que los francos que lo hicieron en el siglo V. En el siglo VII lo hizo los pobladores de Inglaterra y Dinamarca se convirtió hacia mitad del siglo X. El resto de la península escandinava lo hizo a final de ese siglo. No cabe duda que todos estos pueblos tenían ya sus tradiciones literarias, que eran orales, pero cuando aceptaron el cristianismo recibieron el alfabeto romano. Las ciencias y las artes las cultivaban los clérigos y monjes pero las grandes bibliotecas de la época, como las de Cartago, Roma, Alejandría o Milán, fueron destruidas por guerras o revoluciones internas. Aún a pesar de todo ello, fue surgiendo, poco a poco, una nueva literatura europea, y hacia finales del siglo XIV ya habían brillado algunos de sus grandes escritores.
Comienzos de la literatura en Europa
Página del Evangelario de Durrow, códice del siglo VII procedente de Irlanda. |
El libro alemán más antiguo del que se ha conservado algo es la Biblia Gótica del obispo Wulfilas o Ulfilas (311-383) del cual se cree que es el inventor de la escritura gótica. Se conservan también en esta escritura unos fragmentos de los Evangelios y de las Epístolas de san Pablo; un edicto latino del emperador godo Teodorico II datado hacia el año 460; un párrafo incompleto al Evangelio de san Juan; partes de un calendario y una carta fundacional.
En escritura romana se conservan las cartas de Casiodoro, el consejero latino de Teodorico II y sus manuales de las "artes liberales", es decir, de gramática, aritmética, lógica, geometría, música y astronomía.
La literatura escandinava primitiva
Los siglos que van del VI al IX suelen ser llamados "La Edad Oscura" por lo mucho que decayeron las artes al sucumbir el Imperio Romano. A pesar de eso en los países que no estaban afectados directamente por tal hundimiento se siguió desarrollando la literatura como son el caso de las literaturas escandinava y celta.
Noruega, Islandia y Suecia tenían en común la lengua y su herencia literaria. Sus conocimientos eran orales y antes del cristianismo estaba dedicada por completo a la poesía. Donde más íntegra se conservó fue en los eddas isladenses, conjuntos poemáticos compuestos durante los siglos X y XI. El principal de ellos es el Edda Antiguo, poemas que tratan temas heroicos, mitológicos, religiosos e históricos. El más destacado de estos poemas es el Völuspa o profecía de la Völva, una especie de sibila. En él habla del mundo anterior al nacimiento de los dioses.
Otro tipo de poesía creada en los tiempos precristianos en Escandinavia, primero en Islandia también, fue el de los poemas llamados "escáldicos", del término "scald", que significa bardo o cantor. Su estructura es más descriptiva que narrativa, versando muchos de ellos sobre los príncipes noruegos de cuya generosidad vivían los bardos.
Las sagas
Islandia se convirtió al cristianismo hacia el año 1000 por lo que se introdujo el alfabeto romano y fue cuando empezaron a aparecer las primeras obras literarias escritas. Generalmente se compusieron en prosa y versaban sobre la historia del país. Fue a finales del siglo XII cuando se iniciaron las "sagas", que constituyen la principal aportación de Islandia a la literatura universal. Entre sus autores, poco conocidos, el más destacado es Snorri Sturluson (1179-1241), que escribió la Heinmskringla, una historia de los reyes de Noruega más antiguos hasta finales del siglo XII. El cénit de las sagas llegó en el siglo XIII con la Njals Saga.
La literatura celta
Así eran los primitivos monasterios irlandeses. |
La más importante de todas es la literatura irlandesa. No se tiene certeza de la introducción del alfabeto romano en Irlanda pero todas las inscripciones hechas en él son posteriores al año 500 d. J.C. Pero tenían su sistema de escritura propio, al igual que los pueblos germánicos. Este sistema se llamaba "ogham", pero nunca se empleó con fines literarios, al menos como conocemos nosotros ahora el concepto de literatura. Su tradición era más oral y el mayor poema épico irlandés, el Tain Bo Cualnge no se hizo escrito hasta el siglo VII. De esto se encargó Senchan Torpeist, que era el mayor "ollam" o decano de los letrados del país.
Está redactado en prosa, con poemas de diferentes métricas y trata del rey del Ulster, Conchobar; el gran guerrero, Cuchulinn; el rey y la reina de Connaught, y de Fergus, el anterior rey del Ulster, que estaba en el exilio. Es un poema pagano y su argumento es trágico describiendo escenas de luchas, de caza y las costumbres irlandesas primitivas anteriores a la influencia de Roma.
Excepto en estos ciclos de años épicos, sagas y aventuras fantásticas, la literatura irlandesa del período más antiguo fue mayormente religiosa y data de la época de san Patricio (389-461). Se le atribuyen tres obras importantes: una relación autobiográfica en prosa titulada La Confesión; una Carta a Corotico, rey britano de Strathclyde, y una extraña canción llamada el Faed Fiada o "Grito del Ciervo", donde se apela a poderes paganos, junto a invocaciones cristianas, contra los encantamientos de las mujeres, los herreros y los brujos.
Es entre los siglos VI y IX cuando se da en Irlanda un increíble auge de la creatividad literaria en diversos géneros. Aparte de los poemas épicos hubo también poesía lírica, cánticos a la naturaleza, homilías, exorcismos y oraciones, romances, traducciones de la Biblia, historia escrita tanto en verso como en prosa, tratados eruditos, traducciones de obras clásicas, tratados sobre gramática o prosodia, etc...
Del siglo VI en adelante la forma más popular de versificación en "irish" fueron adaptaciones de prosodia latina, siendo de esta forma, como la influencia griega, a través de Roma, llega hasta los sitios más remotos de Europa occidental. Y como Irlanda fue durante mucho tiempo "refugio" para sabios que huían de las guerras trágicas de Inglaterra, Francia y los países germánicos, su influencia fue importantísima para la conservación y continuidad literaria en la Europa moderna.
El poema Beowulf - Literatura anglosajona
El influjo de la literatura irlandesa en Inglaterra duró poco tiempo, pero caló muy hondo. La cultura romana casi no había afectado a los britanos, que adoptó,sin embargo, la cultura de los invasores anglos y sajones y con ella su patrimonio literario. El gran poema épico anglosajón Beowulf, es la primera muestra de literatura inglesa pero su contenido refiere a sucesos de la familia real de Dinamarca, hechos que ocurrieron entre los siglos V y VI. Fue compuesto en la segunda mitad del siglo VII pero no fue escrito hasta alrededor del año 1000. Es un poema adornado con grandes metáforas.
El resto que queda de la poesía anglosajona versa sobre batallas y expediciones marítimas, o bien son acertijos, refranes, cantos de lamento y poemas religiosos. La mayoría de ellos tratan de la estructura social del "comitatus", que era un grupo o banda de guerreros que dependían de un señor, al cual, a su vez, defendían con fervor y sumisión.
Escena de La Torre de Babel, de Elfrico Grammaticus, siglo XI. |
Irlanda fue "protectora" de la literatura inglesa, ya que, los ingleses esforzados en repeler los ataques de los daneses en territorio britano, las artes, en general, quedaron abandonadas. Los monasterios irlandeses eran muy famosos por lo que hombres de todas clases sociales, incluidos reyes, acudían a ellos para instruirse, sobre todo en teología, pero también en retórica y gramática. Es cierto que muchos literatos y doctos en artes allí acogidos perecieron con sus obras en las invasiones vikingas de los siglos VIII y IX, pero el rey Alfredo, una vez solucionado de forma temporal el problema de los daneses, hizo que se instruyera y conservara las artes, sobre todo la literatura.
Fuera de Inglaterra se llegó a una situación parecida. El Imperio franco, regido por Carlomagno (abarcaba Francia y lo que es hoy todo el territorio occidental de Alemania) había sido el principal foco de la cultura europea de los siglos VIII y IX. Cuando murió Carlomagno en 814 su imperio se dividió sufriendo la invasión de mahometanos, eslavos, húngaros y noruegos. La cultura volvió a quedar en estado precario sobre todo la literatura pero de nuevo llegó la "ayuda" de Irlanda, la cual permanecía relativamente en paz, de manera que la cultura celta pasó a formar parte del patrimonio cultural francés.
Más tarde, en el siglo X, fueron destruidos dos de los centros más importantes de estudios irlandeses; Clonfert y Clonmacnoise. Pero sus letrados fueron al Continente con todos aquellos libros que pudieron rescatar, contribuyendo a restaurar a los monasterios europeos. Pero a finales de siglo los vikingos quedaron establecidos en Francia con lo que se asimilaron sus costumbres, de modo que la siguiente invasión a Inglaterra fue hecha por los normandos, y la cultura que llevaron consigo no fue vikinga, sino francesa.
La literatura francesa en sus comienzos
"Venus en su carroza tirada por palomas", ilustración de una edición flamenca del Roman de la Rose, de hacia el año 1500. |
Estos trovadores componían las letras y música de sus cantos y la forma y contenidos de los mismos derivan de himnos latinos de los siglos VII, VIII y IX en su concepto humano ya que a la amada, aunque terrenal, se la adora, sirve y rinde culto como algo divino. De aqui viene "el amor cortés" que predominó en Europa durante varios siglos. Y cuando en el siglo XII empezó a declinar la cultura provenzal, los poetas del norte de Francia adoptaron con muy pocos cambios, excepto en lo referente a la lengua, la versificación y los temas provenzales.
Del siglo XII al XIV fue la Francia septentrional la que fue centro de la cultura europea. El primer y más importante desarrollo de su cultura literaria fue las chansons de geste (cantares de gesta), compuestas por "trouvères" o poetas considerados profesionales.
Los primeros cantares de gesta
El manuscrito más antiguo que se conoce, del año 1170, se encuentra en la Biblioteca Bodleiana de Oxford y es La chanson de Roland, un cantar de gesta francés que ensalza a Rolando, uno de los Doce Pares del emperador Carlomagno. Es un poema épico que se compuso primero para ser recitado con acompañamiento de música por un "jongleur" o juglar y luego fue escrito. La base de la obra es la fracasada campaña de Carlomagno en España, que era rey de los francos por aquellos entonces, donde acudió en el año 778 en ayuda de los musulmanes de Zaragoza y Barcelona, que se habían rebelado contra la autoridad del califa Abderramán I de Córdoba. Por orden de recopilación hay que destacar cuatro grandes cantares de gesta: el mencionado Chanson de Roland, de Francia, el Beowulf, de las Islas Británicas, el Cantar de Mio Cid, en España y el Nibelungenlied (canción de los Nibelungos) en Alemania.
Francia conserva muchos cantares de gesta manuscritos, unos ochenta, al contrario que sucede con España que solo conserva íntegramente el Cantar de Mio Cid (que aunque se cree que se compuso en el 1140 solo nos ha llegado gracias a una copia del siglo XIV -1307?) como representante de la cultura épica de toda la edad media. Parte de otros son el Cantar de Fernán González, La Condesa traidora, el Cantar de Roncesvalle, el Cantar de Bernardo del Carpio, el Cantar del Rey Rodrigo, Infantes de Lara y el Cantar de las Mocedades de Rodrigo.
Los romances
Por aquel entonces se estaba desarrollando otra modalidad literaria con largos poemas narrativos: los romances. Estos eran más elaborados en su forma y materia que los cantares de gesta. Estaban escritos en versos rimados e iban dirigidos a los ambientes más cultos de la sociedad y no así al público en general. Sus argumentos se tomaban de historias y leyendas y mitologías clásicas y algunos de estos grupos de poemas abarcan las "Matières de Rome et de Bretagne" y la cual contiene la leyenda del rey Arturo, incluidas las historias de Tristán y la del Santo Grial.
Otros dos tipos de romance que obtuvieron fama popular en los siglos XII y XIII fueron los "romances bretones" y los "romances de aventuras". De entre estos segundos cabe destacar el Roman de la Rose, que es, tal vez, la obra más importante e influyente de toda la época medieval. Lo comenzó, hacia 1230, Guillaume de Lorris (1200? - 1238?) y lo terminó casi cincuenta años después Jean de Meung (1240? - 1305?). Al ser dos los autores de este romance gana en fuerza y toda la composición es un sueño alegórico donde hay temas caballerescos, amores cortesanos y sátiras. Menos humor hay de todo, verdaderamente.
"Expedición del Duque de Bourbon a Berbería", según una miniatura de un códice de la Crónica escrita por el francés Froissart, que data del siglo XV.
Inicios de la literatura española
España fue y estuvo entre los primeros países en tener una literatura propia cuando ya en el siglo XI y XII se empezó a usar el castellano como lengua oficial. La literatura más antigua en España estuvo en verso, habiendo llegado hasta nosotros fragmentos de un poema épico de odios y venganzas entre familias de nobles titulado Leyenda de los Siete Infantes de Lara, que se escribió a principios del siglo XI. Hubo aparte otros poemas épicos, la mayoría relativos a la historia del país, compuestos a partir del año 711 (fecha de la invasión de España por parte de los moros) hasta el 1101, pero solo se conserva uno: el Poema de Mio Cid (o Cantar de Mio Cid). Aunque estos poemas son de carácter nacional hay uno (lo que queda de él) del siglo XIII llamado Poema de Roncesvalles, versión española de la Chanson de Roland, lo que demuestra que las "chansons de geste" francesas no eran desconocidas en España. Esta influencia francesa aumentó en el siglo XIII en muchos de los romances, cantares y poesía lírica española.
Esta poesía lírica empezó a escribirse en la lengua galaica, es decir la lengua procedente de Galicia, porque su semejanza en cuanto a sonoridad y dulzura con la de Provenza hacía más fácil el canto de los trovadores. Pero hubo una tradición castellana propia de carácter pastoril, las pastorelas, que eran composiciones y cancioncillas con estribillo que con el tiempo se convirtieron en los "villancicos".
La prosa castellana literaria fue cultivada por primera vez por el rey Alfonso X El Sabio (1221 - 1284). A él se debe la primera historia nacional de España y otra más amplia en la que España es considerada en relación a la historia universal. El infante Don Juan Manuel (1282 - 1348), sobrino del rey Alfonso X, continuó con la tradición prosística de su tío y fue autor de El Conde Lucanor o Libro de Patronio. Fue el primer autor de la Edad Media que tuvo estilo en prosa. Fue muy influido por la cultura y literatura árabe, en particular por el Libro de Calila y Dimna, colección de fábulas morales indias en que los protagonistas son animales y que Alfonso X el Sabio lo hizo traducir al castellano. Este libro junto con otro de origen igualmente indio y traducido también al árabe y castellano en tiempos del mismo rey con el título de Libro de los engannos et los asayamientos de las mujeres, más varias obras del infante Don Juan Manuel, fueron los primeros balbuceos de la novelística española.
Un conjunto curioso de apólogos con elementos líricos y autobiográficos y picaresca escritos en verso es el Libro de Buen Amor, de Juan Ruiz, Arcipreste de Hita (1284 - 1351) que fue el más importante poeta de la Edad Media española.
Las leyendas de Lancelot, Tristán y el Santo Grial fueron fuentes de inspiración en la prosa castellana de finales del siglo XIII para una serie de obras de caballería siendo la más popular Amadís de Gaula escrita en 1312. Hubo también una larga serie de romances históricos y de crónicas con un tono serio.
Toda esta literatura era casi exclusiva de la corte y de los ambientes más cultos pero desde mediados del siglo XIV cobró mucho auge el romancero popular. Los temas de estas composiciones eran muy parecidos a los de la corte cortesana: historia, leyendas tipo de las del Rey Arturo, épicas, etc... pero eran menos moralizantes aunque si había más dramatización.
El Cantar de Mio Cid
El Poema de Mio Cid es el cantar de gesta más significativo de los que se han conservado y el único cantar épico de la literatura española que se conserva casi completo. Se han perdido la primera hoja del original y dos más del interior. Nos ha llegado gracias a una copia de principios del siglo XIV, se cree que en 1207 (que según algunos críticos la sitúan en 1307 ya que piensan que es un error o una alteración la que aparece en el manuscrito) hecha por un tal Per Abbat aunque su composición original ha sido fechada en 1140. Aparte del Mio Cid, se conservan parte de otros cantares como el Cantar de Roncesvalles, las Mocedades de Rodrigo y una breve inscripción de un templo románico conocida como Epitafio épico del Cid.
Folio de la copia original que hizo Per Abbat del Poema de Mio Cid. |
A este poeta pertenece íntegro el Cantar del destierro. Los dos siguientes, el Cantar de las bodas y el de La afrenta de Corpes, ya presentan considerables alteraciones debidas a la posterior intervención del juglar de Medinaceli. Éste, mucho más alejado de los sucesos, introduce episodios novelescos.
En el tercer Cantar, intensifica, claramente, todos los detalles para poner en evidencia la cobardía de los infantes de Carrión. Hay que tener en cuenta que los juglares pertenecían al oficio de Mester de Juglaría, y se encargaban de ir cantando por plazas, iglesias, conventos y pueblos las gestas de los héroes medievales. Al hacerlo de forma oral, estos iban cambiando la historia según les convenía, ya que representaban y cantaban la obra a diferentes clases políticas, sociales y religiosas.
En el tercer Cantar, intensifica, claramente, todos los detalles para poner en evidencia la cobardía de los infantes de Carrión. Hay que tener en cuenta que los juglares pertenecían al oficio de Mester de Juglaría, y se encargaban de ir cantando por plazas, iglesias, conventos y pueblos las gestas de los héroes medievales. Al hacerlo de forma oral, estos iban cambiando la historia según les convenía, ya que representaban y cantaban la obra a diferentes clases políticas, sociales y religiosas.
En lo que se refiere a la versificación del Poema de Mio Cid también se distinguen diferencias. El poeta de San Esteban utilizada una versificación variada con constante cambio de rimas asonantes, y con frecuencia, hace tiradas de menos de diez versos; este sistema domina totalmente el primer Cantar, disminuye en el segundo y desaparece, casi por completo, en el tercero.El poeta de Medinacceli, en cambio, usa una versificación de gran sencillez, no emplea asonantes difíciles y las tiradas suelen ser más largas.
El Poema pertenece al Mester de Clerecía pero se encuentra, además, en un movimiento literario ya que era recitado o cantado al son de un instrumento musical por plazas, castillos, iglesias, etc... y porque sus autores utilizaron el verso épico.
Por su sentido histórico, es un documento muy valioso para conocer la época en que fue compuesto. El sentido de la venganza, la familia, la guerra, las clases sociales, etc... nos demuestra que la obra está inmersa en la época a la que pertenece. El tema del Poema consiste en el engrandecimiento del héroe, Rodrigo Díaz de Vivar, El Cid Campeador, injustamente desterrado, el cual tiene que recuperar su honor. Alrededor de este hecho se centra la acción guerrera y política de la obra.
La lengua y la literatura italianas
La literatura italiana tuvo, relativamente, unos orígenes más tardíos ya que mientras en Francia y España poseían una literatura vernácula propia en los siglos XI y XII, el idioma italiano solo empezó a usarse con fines literarios en el siglo XIII. Y esto ocurrió porque el latín era el idioma oficial usado en literatura.
Las primeras muestras del uso del italiano como lengua escrita datan de los siglos VIII y IX, que salvo unos pocos versos, se encuentra en documentos oficiales de la época. A finales del siglo XII, las literaturas francesa y provenzal eran ya muy conocidas en Italia, y durante la primera mitad del siglo XIII algunos italianos empezaron a componer poemas cortesanos en el idioma de Provenza.
Al mismo tiempo se cultivó también la poesía en Sicilia, en la corte de Federico II (1194 - 1250). A los poetas de esta corriente se les agrupa dentro de la "escuela siciliana" pero lo cierto es que procedían de muchas regiones de Italia y entre todos inventaron una lengua, que era el dialecto siciliano, mezclado con latín, francés y provenzal y que habría de convertirse en el italiano poético. Su base era la poesía provenzal, pero introdujeron muchas innovaciones métricas y estructurales. A ellos les debemos la invención del soneto que tanto influyó en la literatura europea.
La influencia siciliana se difundió por toda la Toscana gracias a la obra de Guido d'Arezzo (1225 - 1294) y su fama llegó hasta Bolonia, donde se creó una escuela cuyo principal representante fue Guido Guinicelli (1230 - 1276). Guinicelli aportó una nueva inspiración a la lírica apartándose de la rígida tradición provenzal. Entre sus discípulos el más aventajado fue Dante Alighieri (1265 - 1321).
Dante y la Divina Comedia
Dante fue quien fijó el rumbo que habría de seguir la literatura italiana. Aunque la lengua toscana empezaba a ser aceptada por poetas de otras regiones de Italia, casi toda la literatura seguía escribiéndose en los diversos dialectos locales por lo que el primer cometido de Dante fue unificar la lengua literaria italiana. En 1293 escribió su Vita nuova, exposición en prosa y verso del gran amor que sentía por Beatriz. Esta obra contribuyó mucho a mejorar la prosa literaria, descuidada por el uso generalizado del latín aunque en este idioma escribió su disertación De vulgari eloquentia, que trata del empleo del italiano literario en poesía. Pero su obra más grande fue la Divina Comedia, escrita con el ánimo entristecido por la muerte de au amada Beatriz, y también lleno de amargura por el fracaso de sus ideales personales y políticos. El poema es la narración de un viaje en que el propio Dante, conducido por la sombra de Virgilio, va recorriendo el Infierno, el Purgatorio y el Cielo.
La obra recoge dos tipos de temática popular: la visión de la vida futura y la historia del enamorado que tiene que descender hasta el Infierno en busca de su amada. Es una alegoría en la que el alma del ser humano va en busca de Dios. Es un poema con la dualidad de lo implacable, la severidad y desprecio por lo vil y las bajezas humanas y el ingenio, ternura y la esperanza y gozo del mismo ser humano. El orden en que se desarrolla el argumento es significativo, por cuanto la parte más dura y amarga del viaje es la que pasa primero, y termina con el redescubrimiento y la transfiguración de Beatriz, que está gozando la gloria de la Visión Beatífica, y con una promesa de esperanza y bienestar para los que quedan vivos en el mundo.
Petrarca y Boccaccio
Pero no fue Dante el poeta del siglo XIV que influyó más directamente en el pensamiento europeo y la literatura, sino Francesco Petrarca (1304 - 1374). Gran humanista, así se consideraba él mismo, fue un literato excepcional y su fama más duradera es por sus poemas italianos, los alegóricos Trionfi, escritos en "terza rima", que fue también el metro en que compuso Dante la Divina Comedia, y sobre todo en el Canzoniere, colección de poemas, y en sus inmortales sonetos con que cantó a su amada Laura, en un estilo al cual se le llama "petrarquiano".
Su amigo contemporáneo, Giovanni Boccaccio (1313 - 1375) dio también un esplendor a la prosa italiana. Algunas de sus obras que compuso en verso le trajeron mucha popularidad, pero fueron sus primeros escritos en prosa, tales como la novela Fiammetta, los que le hicieron brillar más su genio escritor. Su obra cumbre fue el Decamerón, colección de cien cuentos. El título viene dado porque se dice que fueron contados por diez personas durante diez días. En ellos se narra con realismo y cinismo, y con humor, la vida social y privada de la Italia de aquella época.
Los Cuentos de Canterbury
La literatura italiana y francesa eran bien conocidas por Geoffrey Chaucer (1340 - 1400), quien impuso nuevos cauces a la literatura inglesa en el breve periodo de treinta años que fueron a los que se dedicó a escribir. Sus primeras obras poéticas las compuso a su regreso de Francia en el año 1360.
Su obra maestra es Los Cuentos de Canterbury (The Canterbury Tales) que es una colección de narraciones que hace un caminante a unos peregrinos. La obra está influida, aparte de los romances populares, por el Decamerón de Boccaccio, por la literatura de Petrarca y por Tito Livio y Ovidio, con sus Roman de la Rose y Roman de Renart, respectivamente.
Chaucer fue el primer escritor inglés que adoptó algunas de las nuevas estrofas y modalidades métricas de procedencia francesa e italiana. Y por lo que parece inventó un nuevo metro; la "rima real", estrofa de siete versos decásilabos, de los cuales los seis primeros riman alternadamente y el séptimo forma pareado con el sexto. Esta forma la explotó al máximo en su obra Troilo y Crésida.
Pero en la literatura inglesa no ocurrió como con la italiana que después de Dante hubo un Petrarca, Chaucer fue demasiado grande para tener un imitador digno lo que conllevó que durante un siglo y medio después de su muerte no se produjera poesía de alta calidad.
El teatro religioso
Aparte de toda la literatura escrita de la Edad Media y de las manifestaciones orales hubo representaciones escénicas que se hacían en los días mas santos del calendario eclesiástico, sobre todo por Pascua y en el Corpus. Esta tradición se fue expandiendo por toda la Europa cristiana. A partir de la Liturgia romana, en especial la del Sábado Santo, fueron evolucionando en otras representaciones más dramáticas, realizadas en principio por la misma Iglesia y por miembros de la clerecía. Más tarde, cuando también empezaron a tomar parte actores laicos se trasladó estas representaciones a escenarios móviles y plazas de las ciudades más importantes.
Estas escenificaciones populares de pasajes de la Biblia o de vidas de santos o acontecimientos religiosos recibieron en España el nombre de "Misterios" (posteriormente se las llamaría autos sacramentales); en Francia se las llamó igualmente "Mystères", en inglaterra "Miracle Plays", en Alemania "Geistliche Schauspiele" y en Italia "Sacre Rappresentazioni". Por su estructura y composición iban más dirigidas al pueblo que a la nobleza.
El siglo XV no estuvo marcado, en general, por ningún gran movimiento literario nuevo. Francia tuvo entonces a uno de sus más ilustres poetas: François Villon (1431 - 1463), personaje extraño y controvertido conocido, sobre todo, por dos de sus obras. Una es Les Lais o también Le petit Testament, y la otra titulada Le Testament. Ambas están compuestas en estrofas de ocho versos octosílabos, con algunas redondillas y romances. Pero sin duda sus composiciones más bellas son sus baladas, y de ellas su Ballade des dames du temps jadis y su Ballade pour sa mère es escribió a petición de su madre. La primera es un lamento por la fugacidad de tantas bellezas, y la segunda una oración a la Virgen María.
En el siglo XV, en España, sobresalen como poetas líricos el marqués de Santillana don Íñigo López de Mendoza (1398 - 1458), autor de sus famosas Serranillas; Juan de Mena (1411 - 1456), cuya obra más importante es el Laberinto de Fortuna, llamada también las Trescientas, por ser éste el número de estrofas; el gran poeta catalán Ausias March (1397 - 1459), cuya mejor obra es el Cant espiritual, confesión en la que pide ayuda a Dios y se declara ansioso de terminar esta vida terrenal llena de miserias y sufrimientos; y Jorge Manrique (1440? - 1478), cuyas Coplas a la muerte de su padre constituyen una joya de la poesía castellana del siglo XV.
Tanto en España como en el resto de países europeos mediavales fueron muy frecuentes las ficciones satíricas llamadas "Danzas de la Muerte", en las que ésta iba llamando a todos los estados del mundo y haciéndoles sus amonestaciones antes de llevárselos consigo.
Bibliografía: Area-5 de la Editorial TIMUN MAS, edición de 1976 / S.A.P.E, 1986 -Club Internacional del Libro / Enciclopedia MERAVIGLIE DEL SAPERE (Maravillas del Saber) de Editrice Europea di Cultura - Milano (Italia), ed. 1971 en español CREDSA, Ediciones y Publicaciones / Editorial DEBATE S.A., Plaza & Janés, S. A. y Círculo de Lectores, S. A. para la obra Historia Ilustrada de España, ed. 1997.
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