Las Fábulas
Esopo es, posiblemente, el mayor autor de fábulas de la historia. De él se nutren todos los demás fabulistas posteriores a él en Europa. Estas nacieron en la India, de ahí pasaron a China y Japón, y después llegaron a Grecia y Roma y se extendieron por el resto de Europa donde llegaron en la Edad Media. Como género literario las fábulas han sido denostadas y tratadas injustamente. A pesar de que Esopo las perfeccionó en Grecia y Fedro en Roma no tenían la aprobación ni de Aristóteles ni de Séneca, los cuales, decían que eran "unas provocaciones de la emulación amistosa" en el primer caso y "ajenas a los gustos romanos" en el segundo y es que o pasaron inadvertidas o eran consideradas simples juegos infantiles.
Las fábulas son anteriores a cualquier género literario. Y esto es debido, según muchos historiadores y tratadistas a que los esclavos necesitaban que sus amos supieran las condiciones de estos pero sin que se ofendieran. De ahí la sutileza de sus breves relatos con la moraleja final. La fábula se basa en el mismo espíritu del hombre y en su necesidad de expresar sus ideas por medio de simbolismos, imágenes y creencias.
La historia de la fábula se divide en cuatro períodos: La Antiguedad (Grecia y Roma), La Edad Media (Roma y Occidente), La Época Moderna (entre los años 1600 y 1800) y La Edad Contemporánea (desde el siglo XIX hasta nuestros días). La edad de oro de las fábulas es la comprendida en los siglos XVII y XVIII con Krylov en Rusia, Pignotti en Italia, Lessíng en Alemania, Gay en Inglaterra, La Fontaine en Francia y Samaniego e Iriarte en España.
De todos los géneros literarios, la fábula, ha sido el más modesto, observado con prevención por los poetas, como si su composición, bien en prosa, bien en verso, les quitara protagonismo a la poesía. Antiguamente la fábula estaba en el último escalón de la literatura ya que no era comparable a romances, odas, madrigales, sonetos, silvas, baladas, etc...
Nunca ha sido valorada en su justa medida ya que durante más de quince siglos estaba confiada, sobre todo, a animales que tenían la capacidad de hablar y pensar como un ser humano. A pesar de eso, el mismo Aristóteles, solo permitía que los animales protagonizaran las fábulas, no consintiendo que lo pudieran hacer las plantas o montañas y ríos. Y eso es lo que se preguntaba el fabulista Arnault: "¿Por qué? ¿Por qué desheredar a las otras obras de la Naturaleza del privilegio de aleccionar a los hombres?"
¿Pero qué es realmente la fábula? La Fontaine hacía una leve distinción entre fábula y apólogo, afirmando que este último estaba dividido en dos partes: el cuerpo (la fábula) y el alma (la moraleja). Es decir, la fábula es una parte del apólogo: es la puramente narrativa. Pero hay que decir que mientras el apólogo solo está escrito en prosa la fábula puede ser compuesta en prosa o en verso. Según Federico Carlos Sainz de Robles, hijo, hay grandes diferencias aparte de la anteriormente mencionada. En el apólogo la verdad se da siempre cubierta por la fantasía. En la fábula puede darse la verdad sin encubrimiento alguno. El apólogo es una composición breve y severa mientras la fábula es breve y risueña. La fábula no es si no otra cosa que una pincelada feliz. Apólogo es una obra dramática, una sátira de acción, pero con cierta sequedad, sin humor.
Las fábulas son anteriores a cualquier género literario. Y esto es debido, según muchos historiadores y tratadistas a que los esclavos necesitaban que sus amos supieran las condiciones de estos pero sin que se ofendieran. De ahí la sutileza de sus breves relatos con la moraleja final. La fábula se basa en el mismo espíritu del hombre y en su necesidad de expresar sus ideas por medio de simbolismos, imágenes y creencias.
La historia de la fábula se divide en cuatro períodos: La Antiguedad (Grecia y Roma), La Edad Media (Roma y Occidente), La Época Moderna (entre los años 1600 y 1800) y La Edad Contemporánea (desde el siglo XIX hasta nuestros días). La edad de oro de las fábulas es la comprendida en los siglos XVII y XVIII con Krylov en Rusia, Pignotti en Italia, Lessíng en Alemania, Gay en Inglaterra, La Fontaine en Francia y Samaniego e Iriarte en España.
De todos los géneros literarios, la fábula, ha sido el más modesto, observado con prevención por los poetas, como si su composición, bien en prosa, bien en verso, les quitara protagonismo a la poesía. Antiguamente la fábula estaba en el último escalón de la literatura ya que no era comparable a romances, odas, madrigales, sonetos, silvas, baladas, etc...
Nunca ha sido valorada en su justa medida ya que durante más de quince siglos estaba confiada, sobre todo, a animales que tenían la capacidad de hablar y pensar como un ser humano. A pesar de eso, el mismo Aristóteles, solo permitía que los animales protagonizaran las fábulas, no consintiendo que lo pudieran hacer las plantas o montañas y ríos. Y eso es lo que se preguntaba el fabulista Arnault: "¿Por qué? ¿Por qué desheredar a las otras obras de la Naturaleza del privilegio de aleccionar a los hombres?"
¿Pero qué es realmente la fábula? La Fontaine hacía una leve distinción entre fábula y apólogo, afirmando que este último estaba dividido en dos partes: el cuerpo (la fábula) y el alma (la moraleja). Es decir, la fábula es una parte del apólogo: es la puramente narrativa. Pero hay que decir que mientras el apólogo solo está escrito en prosa la fábula puede ser compuesta en prosa o en verso. Según Federico Carlos Sainz de Robles, hijo, hay grandes diferencias aparte de la anteriormente mencionada. En el apólogo la verdad se da siempre cubierta por la fantasía. En la fábula puede darse la verdad sin encubrimiento alguno. El apólogo es una composición breve y severa mientras la fábula es breve y risueña. La fábula no es si no otra cosa que una pincelada feliz. Apólogo es una obra dramática, una sátira de acción, pero con cierta sequedad, sin humor.
Jean de La Fontaine, el gran fabulista francés.
Lo cierto es que la fábula es un relato breve, donde por norma general los protagonistas son animales, en el cual al final del mismo se extrae una moraleja o enseñanza que sirve al pensamiento del hombre y a la acción del mismo.
En España la fábula ha sido cultivada de forma continua desde el siglo XIV. Pero España ha dado muy pocos fabulistas dedicados con dilección al género aunque pocos escritores y poetas han resistido la tentación de componer alguno. Nuestras letras han dado seis grandes fabulistas: El Arcipreste de Hita, Samaniego, Iriarte, Hartzenbusch, Campoamor y Agustín Príncipe. El primero de ellos del siglo XIV, los dos siguientes del XVIII y los tres restantes del XIX. De los siglos del XIV al XVII, durante casi 400 años no hay un autor destacable del género.
TOMÁS DE IRIARTE (1750-1791)
EL POLLO Y LOS DOS GALLOS
En España la fábula ha sido cultivada de forma continua desde el siglo XIV. Pero España ha dado muy pocos fabulistas dedicados con dilección al género aunque pocos escritores y poetas han resistido la tentación de componer alguno. Nuestras letras han dado seis grandes fabulistas: El Arcipreste de Hita, Samaniego, Iriarte, Hartzenbusch, Campoamor y Agustín Príncipe. El primero de ellos del siglo XIV, los dos siguientes del XVIII y los tres restantes del XIX. De los siglos del XIV al XVII, durante casi 400 años no hay un autor destacable del género.
Juan Ruiz, el Arcipreste de Hita.
Aparte de las fábulas del Arcipreste de Hita no puede señalarse otro autor con ta copiosa producción hasta el siglo XVIII aunque muchos escritores compusieran alguna como Lope de Vega, Cañizares, Álvaro Cubillo de Aragón, Tirso de Molina o Jacinto de Herrera. Son Samaniego y Tomás de Iriarte los que impulsan de nuevo las fábulas en España siendo Esopo, Gay o La Fontaine sus fuentes de inspiración.
En el siglo XIX tenemos al gran dramaturgo y fabulista Juan Eugenio Hartzenbusch el cual escribió unas doscientas fábulas aunque no todas originales de él. O bien las modificaba o bien se inspiraba en otras ya compuestas. Pero no cabe duda de su talento manejando como nadie el lenguaje y la composición en verso y ejemplo es la siguiente fábula:
Vio, en la inminente roca donde anida
del águila real, que se le llega
un torpe caracol de la bonda vega
y exclama, sorprendida:
-¿Cómo con ese andar tan perezoso,
tan arriba subiste a visitarme?
-Subí, señora, -contestó el baboso-,
a fuerza de arrastrarme.
El mismo José Echegaray usó este último verso para titular una de sus mejores tragedias: A fuerza de arrastrarse. Otro destacado del siglo XIX es Ramón de Campoamor el cual publicó sus fábulas en 1842 diciendo de él Menéndez y Pelayo que sus fábulas "son de las más notables, no solo por su tendencia moralizadora, como otros autores antiguos, sino por su malicia e intención irónica".
Lás fábulas son excepcionales, un género literario único y bello. Las fábulas no son las expresiones de una inspiración refinada o de la erudición, sino las naturales del hombre en cualquier momento. Las fábulas las hace el hombre, a veces, sin darse cuenta.
ALGUNAS FÁBULAS
ESOPO (620 a. C. - 560 a. C.)
LA HORMIGA Y EL ESCARABAJO
Llegado el verano, una hormiga que rondaba por el campo recogía los granos de trigo y cebada, guardándolos para alimentarse durante el invierno. La vio un escarabajo y se asombró de verla tan ocupada en una época en que todos los animales, descuidando sus trabajos, se abandonan a la buena vida. Nada respondió la hormiga por el momento; pero más tarde, cuando llegó el invierno y la lluvia deshacía las boñigas, el escarabajo hambriento fue a pedirle a la hormiga una limosna de comida. Entonces sí respondío la hormiga:
-Mira escarabajo, si hubieras trabajado en la época en que yo lo hacía y tú te burlabas de mí ahora no te faltaría alimento.
Moraleja: Cuando te queden excedentes de lo que recibes con tu trabajo guarda una porción para cuando vengan los tiempos de escasez.
FÉLIX MARÍA SAMANIEGO (1745-1801)
LAS MOSCAS
A un panal de rica miel
dos mil moscas acudieron,
que
por golosas murieron
presas de patas en él.
Otra dentro de un
pastel
enterró su golosina.
Así, si bien se examina,
los humanos
corazones
perecen en las prisiones
del vicio que los domina
del vicio que los domina
TOMÁS DE IRIARTE (1750-1791)
EL POLLO Y LOS DOS GALLOS
Un gallo que presumía de ser fuerte y valiente, cierto día tuvo que enfrentarse, con un pollo.Éste estaba bien grande y crecido pero aún no llegaba a ser un adulto, aunque le faltaba muy poco tiempo, era un animal muy bravo, tanto que le dio una paliza al gallo y lo dejo fuera de combate.El gallo cuando el pollo no lo escuchaba, decía:- ¡Con el paso del tiempo será un gran gallo pero aún sigue siendo un pollo, como me dio lastima dejé que me venciera! Al tiempo el gallo, tuvo una nueva pelea, esta vez con un gallo viejo, que aunque débil, los años le habían dado mucha experiencia. La cosa fue que el gallo nuevamente perdió en el combate, quedo todo desplumado, mal trecho y dijo:
-¡Me deje vencer por este viejo gallo, porque me dio pena golpearlo por sus años!¡chochea mucho y por lastima me deje ganar!
Moraleja: Nunca se debe medir al oponente por la edad, sino por el valor y la habilidad
JUAN EUGENIO HARTZENBUSCH (1806-1880)
FÁBULAS EN VERSO (Nº 25)
Perdido en un desierto
un árabe infeliz, ya medio muerto
de sed, hambre y fatiga,
se encontró un envoltorio de vejiga.
Lo levantó, le sorprendió el sonido,
y dijo de placer estremecido:
Ostras deben ser. -Mas al verterlas,
-¡ay! (exclamó) son perlas.
Moraleja: En ciertas ocasiones
no le valen al rico sus millones
RAMÓN DE CAMPOAMOR (1817-1901)
AMAR POR LAS APARIENCIAS - EL ALCORNOQUE Y LA ENREDADERA
Nació una Enredadera
Al pie de un alcornoque descarnado;
Vistóle de manera
Que fue en la primavera,
Siendo un bodoque ruin, blasón del prado.
Como propios primores
Lucía el corcho vil ajenas galas,
Siendo con tantas flores
Envidia de pastores
Y blanco del amor de las zagalas.
¿Oh, qué árbol tan florido
-Decían -; qué gentil, que primoroso!
Al pie de un alcornoque descarnado;
Vistóle de manera
Que fue en la primavera,
Siendo un bodoque ruin, blasón del prado.
Como propios primores
Lucía el corcho vil ajenas galas,
Siendo con tantas flores
Envidia de pastores
Y blanco del amor de las zagalas.
¿Oh, qué árbol tan florido
-Decían -; qué gentil, que primoroso!
Elogio merecido,
Pues, gracias al vestido,
Por Dios que el Alcornoque estaba hermoso.
Mas llegaron sin cuento
Del otoño las ráfagas sonoras,
Y soplando violento,
Dejó Alcornoque el viento
Al que el ídolo fue de las pastoras.
¡Cuántas de esta manera
Elvira, adoran a un galán bodoque,
Y hasta que el aura fiera
Lleva la enredadera,
No advierten que han amado a un alcornoque!
Pues, gracias al vestido,
Por Dios que el Alcornoque estaba hermoso.
Mas llegaron sin cuento
Del otoño las ráfagas sonoras,
Y soplando violento,
Dejó Alcornoque el viento
Al que el ídolo fue de las pastoras.
¡Cuántas de esta manera
Elvira, adoran a un galán bodoque,
Y hasta que el aura fiera
Lleva la enredadera,
No advierten que han amado a un alcornoque!
Enlaces:
Las fabulas no es un tema que sea de mi mayor interés pero he de reconocer que esta muy bien documentado, una vez más bien hecho ;)
ResponderEliminar¡Buenísima la de las perlas!
ResponderEliminarasi es esopo, fue el mejor y mayor exponente de fábulas tomando en cuenta que era ciego, eso dice mucho de su capacidad creativa y literaria (indirectamente) porque en aquella época todo era versos y prosas
ResponderEliminar