Pensamiento literario

Febrero

CAMINANTE NO HAY CAMINO

Todo pasa y todo queda,
pero lo nuestro es pasar,
pasar haciendo caminos,
caminos sobre el mar.

Nunca persequí la gloria,
ni dejar en la memoria
de los hombres mi canción;
yo amo los mundos sutiles,
ingrávidos y gentiles,
como pompas de jabón.

Me gusta verlos pintarse
de sol y grana, volar
bajo el cielo azul, temblar
súbitamente y quebrarse…

Nunca perseguí la gloria.

Caminante, son tus huellas
el camino y nada más;
caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.

Al andar se hace camino
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.

Caminante no hay camino
sino estelas en la mar…

Hace algún tiempo en ese lugar
donde hoy los bosques se visten de espinos
se oyó la voz de un poeta gritar

 “Caminante no hay camino,
se hace camino al andar…”

Golpe a golpe, verso a verso…

Murió el poeta lejos del hogar.
Le cubre el polvo de un país vecino.
Al alejarse le vieron llorar.

 “Caminante no hay camino,
se hace camino al andar…”

Golpe a golpe, verso a verso…

Cuando el jilguero no puede cantar.
Cuando el poeta es un peregrino,
cuando de nada nos sirve rezar.

 “Caminante no hay camino,
se hace camino al andar…”

Golpe a golpe, verso a verso.

¡Qué bonito poema! El esfuerzo, el ahínco y la perseverancia lleva al ser humano a superar todas las barreras que se le interpongan. Antonio Machado, autor del poema, tenía ya mucho camino recorrido desde su nacimiento. Su abuelo era médico y profesor de Ciencias Naturales y su padre era un estudioso del folclore andaluz y gallego que fueron los que le inculcaron la literatura. Como buen sevillano, Machado, sentía la poesía como nadie. Grandes poetas ha dado Sevilla, como Manuel Machado, hermano de Antonio, Vicente Aleixandre, Luis Cernuda o el mismísimo Bécquer y la prueba está en su más famoso, tal vez, poema,  que incluso Joan Manuel Serrat puso música   en una de sus más exitosas, bonitas y excepcionales canciones en homenaje, no solo al poeta, si no a la lucha por la vida.

Antonio Machado

Antonio Machado era un luchador, un caminante, un superviviente y un retador a la vida misma. Supo sobreponerse de la muerte de su padre y su abuelo, poco tiempo después, siendo él un joven de dieciocho años. "Caminante, no hay camino...se hace camino al andar". ¡Qué bonito verso y cuánta sabiduría en tan pocas palabras! Machado fue a encontrarse con su hermano en París, y a eso también se refiere el poeta. El dolor de dejar la patria y ser un inmigrante.

"Golpe a golpe, verso a verso…

Murió el poeta lejos del hogar.
Le cubre el polvo de un país vecino.
Al alejarse le vieron llorar"

Idas y venidas continuas.  Sufrimiento y dolor por la muerte, también temprana, de su joven esposa. Forja sus composiciones con sangre, arrojo y valentía. Su propia vida es un gran verso. Muy amigo de sus amigos, como Federico García Lorca, y huidor de sus enemigos. Aprendamos de él, y de tantos otros como él, para luchar con fuerza por esta maravillosa vida y despreciar al despreciable, al ruin, al intolerante y al traicionero.

          "Ignora al soberbio y presuntuoso
          al carente de humildad
          al que no tenga honestidad
          y al que por odio sea ambicioso"

          "No escuches al insensato
          al galante y embaucador
          porque como buen conocedor
          te traicionará de inmediato" 
                                (Del libro Doña Enriqueta)

¡Tengamos honor para ser personas! No dejemos que nuestra inteligencia nos ciegue. Decía el cantautor, escritor y filósofo argentino Facundo Cabral: "Perdóname Señor, por ser un ciudadano, yo tan solo quiero ser un buen ser humano". Gritemos a la libertad, a la paz, al amor y luchemos por las minorías, por los más necesitados y desamparados. La lucha de  uno es la libertad de muchos. Hay que luchar contra quienes piensen que su postura e idiología es única y que el resto son discursos moralistas y radicales (eso en sí mismo es ya radicalismo). Hay que caminar como el caminante de machado, con energía, con fuerza y por supuesto, siendo humildes y tolerantes.

 “Caminante no hay camino,

se hace camino al andar…”

Golpe a golpe, verso a verso…

Cuando el jilguero no puede cantar.

Cuando el poeta es un peregrino,

cuando de nada nos sirve rezar.