Bienvenidos a mi blog:

Este blog personal es solo eso: personal. No pretendo nada más que escribir sobre libros, autores y mis pensamientos literarios y poéticos y también sobre mis canciones favoritas. También en las páginas de Mi Arte y Recuerdos explico, con fotos, algo más de mí. En la página de Visitas España al blog pongo las banderas de las provincias españolas que me han visitado y una breve historia sobre la capital de cada provincia. De igual forma hago en la página Visitas países al blog, con la bandera del país y una breve historia sobre el mismo. Yo disfruto al máximo al escribir este blog y espero y deseo que los que entren y lo lean hagan lo mismo.

sábado, 6 de julio de 2013

Mis poemas (VII)


Poemas rojos (I)


Cuartetos

A la verita del río

A la verita del río ahogué mis ganas,
a la sombra de sus juncos besé sus manos.
Con  su rocío engañé a las hadas
y robé al viento sus besos tempranos.

A la verita mojada mezclé mis dulces lágrimas,
las que tanto saciaban sus sombras amargas,
las que a cambio de mil noches aciagas
respondían con sonrisas aterciopeladas.

A la verita del río esperando a la noche estrellada,
contando las horas desde el comienzo,
pintando su fragancia en el más bonito lienzo
esperando que de nuevo llegue la fresca mañana.

A la verita mojada reflejé mis miradas  con olor a lavanda.
Las que la luna decía que eran apasionadas
porque al atardecer se escondían atemorizadas,
porque los sueños, si no, nos la robaban del alma.

A la verita del rio, a su verita mojada,
silbé despacito para que no se asustara
Y cuando se giró, con su carita blanca de porcelana,
su mirada robó la luz por la que yo antes suspirara.

A la verita del rio, a su verita mojada.
Escondieron los árboles sus labios de grana
aquellos que me encontré en la madrugada,
aquellos que me besaron con pasión gitana.




Tras la última llama


Tras la última llama, tras el rocío
Respirando sus besos, adivinando su camino.
Sintiendo que el destino...
los dibuja traviesos, acariciándolos para el nuevo estío.

Ulula el viento entre las hojas
Lo engañé mirando a otro lado
Temiendo que mis lágrimas rojas
Inquietaran a su  querer robado.

Me sonríe siempre a la mañana y atrapa mis miradas apagadas
Les cuenta pequeñas mentiras. Les dice mientras tú me miras...
aquellos versos de dos almas enamoradas,
mirando como muere la luz de la alborada.

Arrastran sus pensamientos
Tiritando de frío
Regando sus tristes labios finos
Oye mis latidos perdidos

¿Te conté que el mar no es azul y verde?
¿O prefieres que te despierte y mienta?
Dime si mis besos te saben a menta…
O ya son olvido




¡Ay chiquitilla!


¡Ay chiquitilla, qué guapa eres!
¡mira como el molino muele el trigo!
¡Ay chiquitilla! ¿sabes que te digo?
¡que eres mi reina y princesa! ¡No desesperes!

¡Canta, preciosa mía, canta alegre y lozana!
¡que los rayos del sol iluminan tu cara!
¡ay chiquitilla, que linda eres mi Sarita, mi Sara!
¿No te alegra el aire fresco de la mañana?

¡Chiquitilla mía, que el molino sigue moliendo!
¡mira como el dorado se torna blanquecino!
¡mira, niña mía, que limpio es el polvo fino!
¡Alégrate, chiquitilla, que yo te sigo queriendo!



A la sombra de la Luna


A la sombra de la luna  pido que tu silencio
Que tanto me grita por dentro
Que no despierte  mi volar en mis adentros.
¡Corre, díselos a ellos! ¡Que ellos están despiertos!

A la sombra de la luna quiero tu sabor
Que seas siempre sonrisa de mañana
Que me acompañe y sea mudo mi dolor
Que a tus palabras sin voz arañan mi gana.




Dentro de tí

Estuve dentro de ti y no supe verte.
Latí con tu corazón llevando tu sangre,
respiré con emoción tu aire
y mil lágrimas derramé al conocerte.

¿Quieres mi libertad? ¿Quieres poseerla?
¿Quieres que te  entregue mi aire  azul?
Tápate los ojos en el año de la soledad;
y daré vueltas alrededor tuyo acariciándote.

Así soñarás con sonrisas bellas
que prendan chispas de tu agua marina.
Así soñarás con bonitas estrellas
que enciendan tu mirada cristalina.

¿Quieres mi alegría? ¿Quieres encenderla?
¿Quieres  mis labios? ¿Dime, quieres tú?
No me mires, solo respira mi ansiedad,
la que tantas noches calmaste.

Engañaré a la noche que suplicándote
me dijo que las más bonitas palabras
son las que en silencio no se dicen
porque no se escuchan y llamas hacen.

Estuve dentro de ti y no pude conocerte.
Estuve dentro de ti y no supe verte.
Estuve dentro de ti y no conseguí entenderte.
¿Quieres tú hacerlo? ¿Tendré esa suerte?



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