Pensamiento literario

Enero 

ESCUCHANDO A LOS LIBROS

      ¿Leer o no leer? ¡He ahí la cuestión! Pero aquí no hay cuestión que valga. Cuando “el villano” Shakespeare pone en boca de Hamlet su famoso ser o no ser, quería decir leer o no leer. Porque es la vida misma la que está en la lectura. La escritura se inventó porque la lectura así lo exigía y necesitaba, simplemente. Antes de todo eso el hombre y la mujer se transmitían sus conocimientos a través del habla, que no es poco, o imitando  y obedeciendo a los “mayores”. Pero somos seres sociales y racionales, eso creo, y la lectura nos proporciona el mayor de los placeres: la sabiduría. A cada libro leído sé es un poco más sabio y solo el tiempo, el maldito tiempo, nos impide serlo infinitamente. La enseñanza que presta queda ahí para siempre. Aristóteles aprendió de los libros, al igual que lo hizo Platón, Séneca y tantos y tantos genios que la vida nos ha dado.

Gracias a la vida que me ha dado tanto
Me ha dado el sonido y el abecedario
Con él las palabras que pienso y declaro
Madre, amigo, hermano y luz alumbrando,
La ruta del alma del que estoy amando

Violeta Parra (1917-1967)

¡Qué bonitas palabras de Violeta Parra en su gran canción y que tan magníficamente versionó Mercedes Sosa! Y no solo nos  ha dado el sonido y el abecedario si no el libro donde poder leerlo, y hasta  yo diría, de escucharlo. 

Porque a los libros hay que, no solo leerlos, si no escucharlos. ¡Qué gran placer leer un libro! Y si encima nos gusta ya ni hablemos. Aprendamos de nuestros libros y dejemos que la imaginación depositada en ellos nos envuelva con ese halo de espiritualidad que solo el hombre tiene la suerte de sentir.

Las nuevas tecnologías nos dan un rápido acceso a la información pero esta no sería posible sin la lectura de la misma. Sea el formato que sea, leer sosiega, a veces enciende y otras despierta el alma y da a la vida el sentido que realmente tiene. ¿Qué sería del amor sin sus poesías, sin las poesías de Bécquer, de Lorca o de Machado? Hagamos que la lectura sea el mayor gozo del pensamiento e imaginemos, como John Lennon, un mundo mejor. De hacerlo seguro que lo conseguiremos, sin duda alguna. Y hablando de Gustavo Adolfo Bécquer, y para terminar, él decía: El recuerdo que deja un libro es más importante que el libro mismo.